A día de hoy no son pocas las ocasiones en las que leo: si lo que hay que hacer es comer de todo con moderación. De esta maravillosa perla pueden derivarse otras del tipo: no hay alimentos buenos y malos, hay que moderarse. Nuestras palabras influyen en nuestra conducta y por éso creo necesario replantearse si esta afirmación le hace bien a algún ser humano del planeta antes de seguir con la misma cantinela. Por suerte en España tenemos Dietistas - Nutricionistas que aunque no tienen un hueco en la sanidad pública, dedican su tiempo a divulgar. A compartir conocimiento de una forma además bastante amena. Os dejo tres enlaces muy recomendables sobre este tema:
http://estonoescomida.com/mito-lo-mejor-es-comer-de-todo-con-moderacion/
http://juanrevenga.com/2015/12/te-contaron-que-lo-mejor-es-comer-de-todo-con-moderacion-vale-pues-te-mintieron/
http://www.dimequecomes.com/2015/12/radicales-vosotros.html
Mi abuela sigue pensando que comer de todo con moderación es la clave, pero sinceramente en su caso , es comprensible. Mi abuela por suerte o por desgracia sabe lo que es pasar hambre, perdonadme que dude si nosotros hemos sentido algo que vaya más allá del apetito. En un mundo en el que si no te gusta el pescado, tu madre con amor te cocina unas varitas de merluza, porque Pescanova piensa en ti. Además si no te gusta la carne tampoco, otro señor: Óscar Mayer, hace unas salchichas que también son bastante atractivas para los niños. Además mi abuela siempre me recuerda el frío que tenía que pasar cuando estudiaba, me cuenta como cuando tenía exámenes se metía dentro de la cama y se tapaba con las mantas , en Santiago de Compostela el invierno es frío y húmedo. Pero nosotros tenemos calefacción. Nosotros ya no pasamos frío. El capricho que mi abuela recuerda comer cuando tenía un poco de suerte : un trozo de pan gallego untado con mantequilla y espolvoreado con azúcar. Como ella cuenta, en esa época conseguir azúcar era difícil y su propia madre hacía la mantequilla y el pan. Y no es que yo crea que a mi abuela le iba el riesgo y ha tenido suerte por gozar de salud durante su vida, no es que crea que en mi familia tenemos los genes más protectores del planeta. Lo que creo es que a mi abuela el ambiente le ayudaba y a nosotros nos perjudica. Hoy en día nuestros esfuerzos no se encaminan a conseguir comida, o sí, si pasamos por el aro de asumir de una vez que el 80% de lo que hay en un supermercado no lo es.
Pero esta entrada no va de pseudoalimentos versus real food. Esta entrada va sobre el miedo a la comida. Porque los mensajes que lanzamos en las redes sociales tienen consecuencias y como dice Lucía "Dimeqecomes", no con poca frecuencia a los del gremio de la nutrición se nos tacha de radicales. Nuestro cerebro es capaz de filtrar selectivamente la información que recibe y disminuir así las percepciones negativas. Ésto nos ayuda a tener una estabilidad psíquica y emocional, pero en ocasiones puede ser perjudicial a nivel social o individual. (Psicología del autoengaño, Goleman). Resulta ser que el miedo a la comida campa a sus anchas entre nuestra sociedad. Sin embargo yo no lo veo así. He buscado la definición de miedo en la RAE: Angustia por un riesgo o daño real o imaginario, recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
Puede que haya quien le tema a estas arañas de huevo y aceituna, a que cobren vida en cualquier momento y empiecen a trepar por su espalda con esas patitas diminutas y punzantes. Pero permitidme que exprese sin tapujos que la mayoría de las personas y sobre todo mujeres, no le tienen miedo a la comida. Lo que tienen es miedo a ENGORDAR. Entiendo que decirle ésto a tu propia mente es bastante duro, porque no vas a ser tú la persona superficial a la que le moleste vivir con una lorcilla. Es mejor empezar a pensar que si el colesterol, que si los aditivos...y disfrazar de bonitos colores el miedo morboso a engordar que existe en esta sociedad. Miedo que tengo claro los Dietistas - Nutriconistas no alimentan en absoluto con sus consejos. Pero los grandes, grandes, son los que trabajan para la industria alimentaria. Los expertos en darnos justo lo que nos apetece en cada momento. Por éso los supermercados están llenos de productos 0%, de otro pseudoalimento que no alimenta pero oye, da el pego y no tiene muchas calorías! El mundo fitness es el máximo exponente en este área: bebidas bolero, questbars, surimi, vitalínea, harina de avena con sabores pecaminosos, whey protein de sabores más pecaminosos todavía, pan low carb, galletas proteicas....Y cuestan un ojo de la cara oye! El pescado es caro pero en cambio las barritas de cero nutrientes mil polialcoholes a 2,50 son baratísimas. Pero no importa, nuestra necesidad está cubierta: como algo que me da placer sin esfuerzo y además sé que no engorda.
No es miedo a la comida, la comida es un canal con el que intentamos dominar nuestro miedo a engordar y quedar bien socialmente al mismo tiempo. No me digáis que la comida os da miedo, los aditivos, que tenéis quimiofobia por culpa de las redes sociales mientras os hacéis un fitcocho con harina de avena sabor ferrero rocher y claras sabor chocolate blanco. La quimiofobia va muy bien para seguir ocultando lo mismo de siempre, que la lorza como la arruga es sólo bella para irnos de conciencias limpias ante los demás pero no cuando nos miramos al espejo. De hecho hay gente que macrea de maravilla para comer más basura que comida, pero ojo: sin engordar que está todo controlado.
Y sé que hay un pequeño porcentaje de gente que sí puede estar muy concienciado de su salud y su alimentación, personas que no hacen una dieta de x kcal, que han adoptado una filosofía de vida. Pero no es la mayoría. La salud no vende y nuestras mentes están siendo manejadas más allá de lo que pensamos. Cuando se suben fotos presumiendo del cuerpo que se puede tener "comiendo hidratos", "comiendo grasas saturadas ", "comiendo comida basura" , no hacemos más que alimentar la asociación entre comida y cuerpo, comida y estética. El placer de comer comida de verdad, de toda la vida: un pescado al horno, un potaje, unos huevos con jamoncito...éso no vende! Porque realmente estar sano no requiere una gran inversión económica y a la industria éso no le interesa. No hagamos una lucha entre las diferentes filosofías de alimentación y nutramos más nuestros ideales de salud que los de estética que falta nos hace.
Muy interesante reflexión, yo misma me descubrí como una de estas chicas que saben mucho de alimentación healthy con trasfondo de miedo a engordar al darme cuenta el queso fresco que desayuno todos los días lo acababa de comprar normal y no era el desnatado 0%,Tragedia!!! de hecho me he sorprendido pensando en como se lo iba a encasquetar a mi pareja.
ResponderEliminarVer para creer. :/